viernes, 23 de mayo de 2014

Despertarte a mitad de la noche y sentir su respiración sobre tu nuca,girarte y verlo durmiendo a tu lado.Podría pasarme siglos viendole dormir,viendo su cara a través de la oscuridad de la habitación.Y entonces entendí que esa era la felicidad,mi felicidad.
Disfrutaba con esos pequeños detalles,una taza de café caliente por las mañanas,un 'Buenos días dormilona' y un beso.Me había pasado la vida buscando la felicidad,algo que ni siquiera sabía qué era,y resulta que la encontré una mañana,entre mis sábanas,con el pelo revuelto y los ojos hinchados.Él,la razón de mi locura y mis enfados,quién me hace reír y llorar,a veces incluso a la vez.Él,el motivo de mi felicidad.
Aunque lo negara mil veces,tenía razón,no era la misma.Había cambiado,ya no era la misma,ya no era ninguna niña,había crecido,había madurado.El amor te cala hasta los huesos y te hace más fuerte,pero mil veces más frágil.Como un diamante.Sí,eso es,ahora soy como un diamante.Bonito por fuera,brillante,duro,pero tan frágil que un un solo golpe podría hacer que me rompiera en mil pedacitos.Pero por suerte está él que me protege contra viento y marea,que me levanta cuando caigo y seca mis lágrimas cuando ya no puedo más.Es él quien me arropa para que no pase frío,quien cada noche me acuna entre sus brazos para que no tenga pesadillas.No sé si es el amor de mi vida o no,sólo se que jamás me cansaré de esa sonrisa.

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